Paralelos registra un espectáculo de lucha libre femenina en El Alto, uno de los centros urbanos de más rápido crecimiento de Bolivia, reconocido por su arquitectura vibrante y simbólica. Tomando como escenario un edificio icónico y empleando el espectáculo como dispositivo narrativo, esta obra explora la construcción psicológica de la ciudad, revelando cómo la identidad y la imagen colectiva se forjan a partir de la intersección entre la cultura indígena aimara, las tendencias de consumo global y la estética andina tradicional. Al enfocarse en el público y los interiores del edificio, la obra invita a una reflexión sobre la construcción de identidad como un proceso dinámico y participativo, en línea con las ideas de Guy Debord en  In Girum Imus Nocte Et Consumimurm Igni (1978).
Esta obra se inscribe en una exploración más amplia de la ciudad de El Alto, iniciada por la artista en 2011 con  Cada edificio en la Avenida Alfonso Ugarte — Según Ruscha (2011). La obra se sitúa en un contexto histórico marcado por los profundos cambios sociales impulsados por la presidencia de Evo Morales, que incluyeron un crecimiento económico significativo y una revitalización de las culturas indígenas. Sin embargo, este período también estuvo caracterizado por un retroceso en los derechos de las mujeres y un aumento de los feminicidios.

Instalación de video de dos pantallas; 4K; secuencia de 5:0 de un total de 25:25 minutos; color; sonido.

Instalación en Nube Gallery, Bolivia 2022

Instalación en Nube Gallery, Bolivia 2022

Instalación en Nube Gallery, Bolivia 2022

Instalación en Nube Gallery, Bolivia 2022

Instalación en Nube Gallery, Bolivia 2022

Foto de producción, El Alto, Bolivia 2020

Captura de pantalla. Paralelos (2022)

* En la era de Morales El Alto también ha cambiado visualmente gracias a una burguesía floreciente que favorece un nuevo estilo arquitectónico andino autóctono de la zona que incorpora las culturas tradicionales andinas y tiwanaku en un entorno urbano y que ha servido para reinventar la ciudad. Estas estructuras han sido denominadas “Cholets”, término derivado de las palabras chalet [casa grande] y chola [palabra algunas veces derogatoria a la mujer indígena]). Los cholets ahora son omnipresentes en toda la ciudad gracias a un auge económico que el gobierno de Morales atribuye a sus políticas macroeconómicas.